Siempre

Ella siempre me decía que yo era una persona muy pragmática. Quizás ahora sea más evidente que entonces. Lo cierto es que no me gusta sufrir, como a todos o al menos como a la mayoría, así que evito hacerme más daño por cuenta propia.
No quiero hacerme preguntas para las que no existen respuestas, y odio que otros me las hagan cuando yo soy quien menos puede intentar encontrar algún sentido a todo esto. Me niego. No existen respuestas, por tanto, no hay preguntas que hacer. Hay que aceptar las cosas tal y como nos vienen y entender este capítulo como uno más de la vida. Uno de los más amargos y que te sacude el alma. Uno que hace que todo lo de ayer y de siempre fuera pura literatura y te devuelve a lo único que hace que la vida tenga sentido: vivirla con las personas a las que queremos.

Hace quince días que ella se fue y la situación sigue siendo rara.

Todo sigue estando como en el aire. A veces pienso que todo lo que ocurre alrededor no va con nosotros. Hemos visto muchas cosas estos días, las recuerdo, las he querido vivir pese al dolor, no he querido perdérmelas porque eran tan nuestras como todo lo demás. Pero sigo sin ser consciente de que se ha ido y, sin embargo, es algo que tengo tajantemente aceptado, tanto que no logro entender ni cómo, pero lo he hecho.

En casa seguimos una norma simple y que ahora domina nuestros días, algo tan sencillo como ir haciendo las cosas tal y como nos vayan apeteciendo, haciendo quizás mayor esfuerzo en aceptar un café con un amigo de cada tantos que te ofrecen.
En esto no hay protocolos de actuación, no hay fases exactas por las que tener que pasar, la única clave es avanzar poco a poco, que ya es mucho.

Todos me dicen que soy quien parece estar más fuerte, que demuestro una madurez sorprendente, y me piden que cuide de los demás. Yo tampoco sé muy bien como estoy así de "fuerte". Pero pienso que podría agarrarme a la pena, encerrarme en mis pensamientos, olvidarme del mundo y exigirle al mundo que se olvidase de mí, dejar que mi corazón se rompiera en tantos pedazos que nadie se plantease recomponer... Pero nada de eso me la devolvería, nada. 
Y ella era tan luchadora, tan positiva... No hay nada en la pena que me la recuerde. Ella era todo corazón, ¿Cómo partir el mío me acercaría más a ella si el suyo latía con tanta fuerza? ¿Cómo permitir que la pena se instalara en mí si ella era todo felicidad?

Nada de eso era ella. Nada de eso me hace estar más cerca de ella, sino todo lo contrario. 

Y yo la necesito tanto... Yo quiero tenerla por entero. Si ya no puedo verla como la veía... oler como ella sólo olía... si ya no puedo tocarla, abrazarla, sentirla de la misma manera..., de esta nueva manera quiero tenerla al cien por cien. 
No pienso dejar que la pena me limite la forma en la que ahora puedo tenerla. Ahora sólo puedo tenerla así, pues así voy a tenerla sin dejar que el dolor me ponga más impedimentos. Voy a tenerla por entero.

Que nadie concluya que pienso lo que escribo porque no tendría mucha relación con ella, que ella no era mi personita preferida del mundo. Que nadie caiga en ese error, porque era ella. Siempre ha sido ella y siempre será ella. 
Ella y yo conectábamos como no creo que pueda nunca volver a conectar con nadie, no lo sé, tampoco me preocupa, he tenido suerte al estar tan en sintonía con ella. 

Ella me ha dejado una última gran lección, la más grande. Lo que hagamos en nuestra vida, hará menos amarga nuestra despedida. Se ha ido en paz con todos. Querida por todos. Y será recordada por todos. 
Así de fácil, así de difícil. Personas como ella hacen hasta que este duelo sea más soportable para quienes nos quedamos aquí porque no hay mayor pesar que el de su pérdida. No hay que caer en qué se dijo que no se debía haber dicho, ni qué no se dijo que debía haberse dicho. De qué sirve eso. Para ella todo lo éramos nosotros, para nosotros ella lo era todo, no hay más.

Sé que saldremos adelante. Sé que será difícil porque el dolor es grande, pero su amor... su amor es infinito. Tendremos que esforzarnos en volver poco a poco a ser felices, en aprender a vivir sin ella para que ella viva a través de nosotros. Es el trato por haber tenido la suerte de disfrutar de una mujer como ella en nuestras vidas. Ese es el trato.

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