Desayunaba con ella
Ayer fue el aniversario de su marcha. Los años pasan y suavizan el cómo afrontamos esa fecha tan señalada. Me conmueve empezar el día con amigos acordándose de mí y mandándome un abrazo en un mensaje que llega con todo el cariño con el que se envía. Un simple y escueto: "un abrazo", envuelve un recuerdo para un día en el que te hacen saber que estás en su pensamiento más íntimo, un año más. Y te alegra, porque pasan los años y te acostumbras a mucho, pero conmemoras su marcha y, de manera especial se pronuncia su nombre, y notas como el corazón se te encoge como el primer día. - ¡Ay! Cómo sigue doliendo que se refieran a ella en este lugar y de esta manera. Qué real lo hace todo. De entre las muestras de cariño, ayer recibí una que especialmente me supo a regalo del Cielo. En estos ya cuatro años, así como inevitablemente hay relaciones que se han deteriorado significativamente, me he acercado mucho a personas con las que no tenía tanto trato. Me parece del todo nor