Aprendiendo a vivir sin ella

Quien más cerca de ti está hoy, puede no ser quien lo estuvo antes. De quien el tiempo te separó, hoy puede que hagas por buscar un encuentro.  Este dolor te hace sentirte lejos de unos y muy cerca de otros. Tú has cambiado. Otros cambiaron aunque no te dieses ni cuenta. Otros no lo han hecho, afortunados de ellos que hoy son diferentes a ti, aun siendo tan cercanos. El dolor une a las personas y en circunstancias como estas, más si cabe. Un viejo amigo que ya lo sintió, te llama para decirte "se sale". La madre de una amiga que afrontó tu misma situación a tu edad te enseña que la vida se aprende a vivir de otra manera, te vale su ejemplo. Una persona que siempre estuvo en las buenas, te escribe una carta, te incluye en sus oraciones y te dice un día como hoy, medio año ya sin ella, "quiero ir contigo",  para que tengas claro que ni hoy ni nunca tu dolor es sólo para ti. No sólo lo afrontas tú. No sólo lo entiendes tú. Mi corazón siente profundamente que c

Hoy ha sido la primera vez que he tenido un sueño en el que ella aparecía y yo, siendo consciente de que era un sueño y al despertar no la tendría a mi lado, he aprovechado para recrearme en un abrazo de esos que tanto echo en falta. Ya me avisaron de que llegarían este tipo de sueños. Ya había soñado con ella hasta en tres ocasiones (aun las puedo contar, son demasiado pocas), uno de ellos lo describí en una entrada anterior, era consciente de la situación pero no actuaba en consecuencia, era más un sueño buscando respuestas a cómo sería todo a partir de ahora. Los otros dos eran simplemente sueños, de hecho a penas hablaba con ella, eramos dos personas más en un contexto, lo más significativo de uno de esos sueños es que yo me pasaba el tiempo haciéndole fotos y más fotos. Muy significativo, supongo. Ha sido muy curioso porque todos en el sueño hablaban sobre el contexto del sueño, estábamos varios como en un bar que supuestamente había inaugurado uno de nosotros, y todos conv

Hoy hemos tenido un susto en la familia. El accidente no ha sido grave, visita al hospital casi porque es lo que manda tráfico, pero la angustia ha sido terrible. Todo a ocurrido a medio día y hemos pasado la tarde prácticamente cada uno con sus pensamientos. A penas hemos hablado de ello. Ninguno ha querido exagerar la escena, pero todos lo hemos hecho en nuestras mentes. Y hemos llorado, no por lo ocurrido sino por lo que hemos perdido y por lo mucho que nos hace tener presente cómo nos necesitamos. Nos hemos jugado demasiado en un instante, y aunque todo haya quedado en eso, en un susto, hemos vuelto a sentir ese miedo a saber que somos tesoros en vasijas de barro.