Hoy, la espero

La inercia se apodera de los días. Ese tirar para adelante, queda ya tan ensayado como madrugar prefiriendo quedarte entre las sábanas.

Y días como el de hoy, como venía sintiendo, al final haces un esfuerzo de más y el día pasa. Este año noto como contengo mejor las ganas de llorar, pero sin embargo vivo más intensamente lo mucho que me gustaría que estuviese conmigo y tomamos más fuerzas para movernos en su recuerdo. Lo fuerzo. Lo necesito.

Mi mejor momento, siempre ella, que hoy llega en forma de nota que acompaña un regalo con palabras prestadas que bien serían de ella. Yo así lo creo. Suena a ella.

Menos lágrimas para quien tristemente se acostumbra a soplas las velas añorando ver como su cara ilumina más la sala que el número que se levanta en la tarta y más pensarla, añorarla, recordarla, esperarla. Esta semana la espero. En un sueño, en un guiño. La espero. Ya toca, hoy toca. Con menos lágrimas pero con muchas más ganas.

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