Una sonrisa
Me encantaba su positividad.
A ella le decias un día:
- ¡Uy! Qué moderna vas, ¡qué guapa! - y te decía
- Hombre, es que tu madre es muy joven.
Y otro día no te gustaba lo que llevaba y le soltabas:
- Mamá, eso que llevas es de vieja, no se porque te pones eso - y te contestaba
- Hombre, es que tu madre ya tiene una edad.
Ella a su rollo. Y a quien no le guste, que no mire.
Qué buena filosofía. Distinción hecha sonrisa.
Así deberíamos tomarnos la vida, sobre todo los días y en los momentos en los que la vida nos deja.
Abajo los espanta-ilusiones, roba-esperanzas, merma-moralidades, despierta-sueños, agonías y pesimistas en general.
Y sobre todo, abajo esos días en que yo misma pueda parecerme a alguno de ellos.
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