Fun, fun, fun

Los previos a los días señalados resultan siempre peor que el propio día. Te ves venir la sacudida, la llevas días esperando y, de alguna manera, te has preparado.
Se elimina todo factor sorpresa. 

No se si será que llevas tantos días pensando en el momento que toca afrontar que cuando llega te coge hasta cansado como para vivirlo con la intensidad que esperabas. Las espectativas no se cumplen. 

Un día como el de hoy. En que tratas de no escuchar la triste letra de un villancico y no te sorprende que amenace con llover día y noche. Poca fiesta.

Pero llega el momento, esa cena, y todo pasa más rápido y "mejor" de lo que esperabas. Y aunque hay silencios y conversaciones que interrumpes en tu mente para recrearte en un recuerdo con ella, la cena pasa y fue peor imaginarte sentada en esa mesa, organizar qué comer y pensar en qué ponerte.

Lamentablemente, todo ese sobre esfuerzo que haces casi sin darte cuenta, desaparece. Y es peligrosa esa bajada de guardia, puede hacerte más difícil de digerir un 26 de Diciembre que un día de Navidad. 

Espero con los años, tener fuerzas para incluirla más y más en noches como en la de hoy. Crear nuevas tradiciones en su memoria. Pese a suponer exigirse más, son las pequeñas cosas que más fuerza me dan. Se vuelven nuestras, de ella y mías, me acompañan.
El año pasado ya quisimos en casa llevar algo de ella puesto y esta noche volveremos a hacerlo. Será duro elegir el qué. Será duro ver que otros reconozcan que era de ella. Pero me dará ese empujoncito extra que esta noche necesito.

Mucha fuerza a quienes me lean en estas fiestas.

Hasta los días más difíciles durán 24 horas.


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