Ya me puede más la costumbre, me extrañan menos el cómo sentir ciertas cosas, cómo percibir la vida. Pero los primeros meses, recuerdo cómo me quedaba casi perpleja, como sin comprender que el mundo siguiera su marcha. Todo seguía igual. Vivíamos en la misma casa, de la misma calle, del mismo barrio con sus mismas tiendas. Pero nada era ya igual. Qué sensación tan rara sentir tan extraño lo que bien se conoce. Mucho de eso he escrito ya. Recuerdo no poder soportar ver anunciarse esa novela que ella seguía en televisión, ¡cuantísimos años de emisión! yo le decía que se quedaban con ella, cambiando la trama y los personajes cada vez que volvíamos de verano. Y ahí estaba, un anuncio de la nueva temporada y yo pensaba: " pero, cómo pueden seguir echándola si ella ya no está para verla... ". Y ese perfumé que ella compraba, " por qué se sigue vendiendo!?! ". No lo entendía. Cuando pierdo algo, a veces tiendo a no preocuparme que aparecerá. Sigo con mi dí
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