Maldades

Este debía ser de los primeros posts, casi el segundo. Pero quizás ahora, que las maldades son menos, es cuando me decido a escribirlo.

Porque maldades se sienten, y muchas. A mí al menos me alivió saber que no era la única persona que sentía como si un maldito demonio enano se hubiera posado sobre uno de mis hombros para susurrarme maldades.

Los primeros días de perderla, recuerdo que llegaba incluso a mirar a ancianos por la calle y pensar algo como "¿por qué esta gente sigue aquí y ella se marcha tan pronto?!".

Llegaba a ser un sentimiento horrible y continuo, que hacía sentirme mal por llegar a pensar cosas así. Porque además, ese maldito demonio enano, tenía para todos. Me sugería maldades incluso sobre amigos y familiares en quienes me apoyaba. Cosas como "En serio, ¿no tienen otro tema de conversación?" por el simple hecho de que hablasen de cosas alegres, de sus familias... a mi por ese entonces ese maldito demonio enano, me hacía sentir que eran egoístas o poco considerados, como poco.

Estás muy susceptible, irritable... de todo en esa línea y en la opuesta a la tolerancia y casi el sentido común. Todo te llega de forma dañina e injusta porque así percibes el mundo a tu alrededor.

Si al leer esto, alguien reconoce ese sentimiento, bueno, con el tiempo se oye mucho menos a ese maldito demonio enano.

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