Querida abuela

Como cada año, tiro de archivo para releer la primera entrada. Siempre. Ella. Siempre Ella.

Cómo pasa el tiempo... y parece que una eternidad me separe de su último abrazo.

Hoy hay ese sentimiento contenido, pero no es un día triste. Año tras año hemos hecho de este día el más íntimo. Nos escribimos el más tierno mensaje bien de mañana y nos organizamos para nuestra cita familiar. No fallamos.

A las 8 en ese mismo lugar donde hace ya 6 años nos sosteníamos sobre el hombro que encontrásemos más firme.

Y paso el día pensando en ella. Y de lo tremendo de aquel día, pero es un sentimiento diferente. Tengo imágenes grabadas a fuego, como su salida a hombros de sus sobrinos. En concreto, jamás podré borrar la cara de quien hoy es el padrino de mi hijo. Su rostro bañado en lágrimas portándola, me acompaña en un día como hoy en el que las lágrimas confunden a una sonrisa de verdadera satisfacción por todo lo que su marcha provocó en tantos y en mí misma. No se pudo dar más amor en un día tan doloroso.

Es Ella. Y pienso, no sé cómo, pero soy feliz. Hemos conseguido ser felices. Aunque sea una felicidad con un "pero". Pero felices.

Me pongo a escribir estas líneas y empiezan a caer mensajes de familia y amigos. "Hoy estoy con vosotros". "Me acuerdo mucho de vosotros". "Un abrazo enorme".
Cómo es la vida... que hoy 6 años después siga siendo un día de recibir tanto amor y sentirlo más especial que el día de Reyes.
De no poder disimular la satisfacción de saber que hoy viaja en el pensamiento de tantos que allí se reunieron con nosotros en San Juan de la Palma. Si me esfuerzo, la veo sonreír.


Las navidades pasadas cocoliso a penas tenía unos meses. Entre juguetes didácticos y ropita, los Reyes Magos trajeron un regalo muy especial. Un libro que nos parece una forma muy bonita de contarle quién y cómo era ella.

El libro está pensado para que sean abuela-nieto quienes lo rellenen, animando a los pequeños a indagar sobre la vida de sus mayores. En casa, llegó como un compromiso familiar que abarca a padres, tíos, hermanos y, por supuesto abuelo.

Me parece que no hay mejor día que hoy para empezar a escribirlo.


¿Cuándo y dónde naciste? ¿Cómo se llamaban tus padres?... Hay algunas preguntas más complicadas como "¿Qué sentiste al conocerme?", pero de fácil respuesta: ¡Se habría vuelto loca! Tal cual. Y todo lo que siga escribiendo en contestación, se quedaría corto.

Cocoliso sabrá de ella. No me conformaré con contarle quien es la mujer de esa foto que preside mi mesilla de noche que tanto sonríe mientras me abraza, a quien ya le tira besitos.

Y el 30 de Diciembre será un día que recordará tan familiar como si de un 25 o 31 se tratara.

Siempre. Ella. Siempre Ella.

Comentarios

Lo más leído

La muerte no es nada

Todo sigue igual

Pues me los invento