Blog sobre el duelo, la pérdida y el aprender a vivir de otra manera. Pero sobre todo, blog de ella.
Un sabio
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Esta mañana me compartían un enlace que he querido guardar aquí. Así que para leer esta entrada hay que ir al blog del autor para disfrutar de este breve cuento.
Nos ha hecho llegar este texto alguien que podría ser la autora de este blog. Entiende lo que en él se dice, incluso sabe qué puede ser lo próximo que escriba, porque ella lo conoce, ya lo ha sentido, lleva muchos años ya viviendo de esta manera. Sin ella saberlo, habla de cosas de las que he escrito, de otras que aun no he sentido pero tengo cierto miedo a sentir y otras... otras que ansío empezar a sentir. Me gusta saber lo que dice, me ayuda a entender cosas que no logro comprender por mis propios medios y hace reafirmarme en escribir este blog por si no hay quien exponga de esta manera sus sentimientos. Saber que lo que se siente es compartido, que otros desgraciadamente lo sintieron antes que tú y aprendieron a vivir de esta manera, es de lo que más me puede ayudar a no sentirme tan diferente a todo cuanto conocía. La "desorientación" en la que me encuento es muy grande. No hemos hablado nunca, no te conozco, pero tus mensajes me llegan a través de a quien llamas y a
Ya me puede más la costumbre, me extrañan menos el cómo sentir ciertas cosas, cómo percibir la vida. Pero los primeros meses, recuerdo cómo me quedaba casi perpleja, como sin comprender que el mundo siguiera su marcha. Todo seguía igual. Vivíamos en la misma casa, de la misma calle, del mismo barrio con sus mismas tiendas. Pero nada era ya igual. Qué sensación tan rara sentir tan extraño lo que bien se conoce. Mucho de eso he escrito ya. Recuerdo no poder soportar ver anunciarse esa novela que ella seguía en televisión, ¡cuantísimos años de emisión! yo le decía que se quedaban con ella, cambiando la trama y los personajes cada vez que volvíamos de verano. Y ahí estaba, un anuncio de la nueva temporada y yo pensaba: " pero, cómo pueden seguir echándola si ella ya no está para verla... ". Y ese perfumé que ella compraba, " por qué se sigue vendiendo!?! ". No lo entendía. Cuando pierdo algo, a veces tiendo a no preocuparme que aparecerá. Sigo con mi dí
Constantemente siguen acudiendo imágenes de ella a mi mente . Hasta si estornudo, una imagen de cómo ella estornudaba se me viene a la mente. Si me despierto por la mañana y me abalanzo sobre la cafetera buscando un aliado, parece que pueda verla entrar en la cocina en la misma actitud, aun con el pijama puesto y yo diciéndole que se jubilará y seguirá costándole trabajo madrugar. [Buff..., cómo ha dolido escribir eso] Yo era mucho de hablar de ella en reuniones, cuesta mucho quedarse callada ahora. Cuesta mucho tener que escuchar como otros siguen construyendo recuerdos y los míos se quedaron en la bandeja de salida. Me he apuntado a clases de costura y me paso las clases en mi mente conversando con ella. Imagino que está allí o que me vé... o me imagino cómo le contararía lo aprendido en una llamada de teléfono nada más salir de clase. Hay días en que empiezo a imaginar cómo se lo contaría si estuviera o días en que directamente imagino una conversación con ella allí mismo. Rec
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