Imagino un mundo


Imagino un mundo donde la riqueza se mide en amor.

Una vida donde la fortuna se alcance atesorando pensamientos alegres, de añoranza, de cariño, de 'te llevo en mi mente cada día', de '¡te necesito!', de '¡no dejaré de amarte!'.

Donde cada beso que es lanzado, se recoge como una caricia y, cada lágrima que acaba en un 'qué suerte tuve...', es la materia con la que se construyen sus bienes. 

Y pienso, ¿y si existiera ese mundo? ¿y si fuese así como yo lo imagino? ¿y si ella está tan triste como yo esperando que le envíe el mensaje que le reclamo?

Si de mi depende no habrá día sin mensajes para ella. Que se pregunten: pero, ¿quién fuiste para recibir tanto? ¿Qué hiciste para ser tan dichosa?

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